Sé que todo cambiará, espero que pase éso...éso que me hará despertar, que me sacará de este torrente de malas energías y tanta gana de poder, donde no hay espacio para la buena voluntad. Claro, que en ocasiones siento que no sonará el despertador, que posiblemente sea tan quedito que no logré escucharlo para poder abrir de nuevo los ojos a éso que confío aun vive al otro lado, al otro lado de esa oscuridad perpetua que cada día se pone más tensa y dura, evitándonos movilizarnos, evitándonos sentir, evitándonos reconocernos, evitándonos ser, para ser entonces empujados a una masa que va como chivito perturbado luego de varios azotes.
No quiero, sencillamente no quiero escribir que tan atroz es mi pesadilla, no quiero ni siquiera plasmarlo acá, no quiero doblemente reproducirlo y que caiga a validarlo para entonces hacerla eterna y que nunca suene el despertador. Porque también sé, que vos sabés de que hablo, vos sabés de ese infierno que ha tomado nuestras calles fulminando hasta las jacarandas, vos sabés! ...y sino, espero que sea porque tu despertador finalmente ya sonó.
No quiero, sencillamente no quiero escribir que tan atroz es mi pesadilla, no quiero ni siquiera plasmarlo acá, no quiero doblemente reproducirlo y que caiga a validarlo para entonces hacerla eterna y que nunca suene el despertador. Porque también sé, que vos sabés de que hablo, vos sabés de ese infierno que ha tomado nuestras calles fulminando hasta las jacarandas, vos sabés! ...y sino, espero que sea porque tu despertador finalmente ya sonó.
1 comentario:
El mundo caótico en el que hoy sobrevivimos, sin lugar a dudas es una especie de película de terror, donde aún el héroe no ha encontrado la llave para salvar la ciudad. Espeluznante, atroz, mierda; en realidad no sé como describirlo, simplemente sé no me gusta. Hoy la respuesta de que "simplemente estamos viviendo", se queda por demás corta. Aquí, el simplemente vivir, es un lujo, al cual no podemos calificarlo con un simple adverbio de modo como lo es "simplemente".
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