Constantemente me han preguntado por qué soy atea, sé las implicaciones sociales e individuales que automáticamente se establecen, a pesar que sin voz ni voto nos meten al nacer el chip con la "compañía religiosa" que el círculo inmediato, crea. Este pensamiento se despertó, luego de leer el post de Patricia, sobre las intolerancias religiosas y lo complejo que es ser señalada de bicha rara en este mundo que se mueve en submundos-mágicos imaginarios.
Dentro de mi experiencia personal, podría decir que fue una elección racional cuando lo asumí, después de varios años de rosarios y monjas, en mi interior sabía que no era lo mio, nunca me sentí parte de esa masa voluminosa de alabanzas y credos. Mi carácter se formó con varias experiencias complicadas y el interrogar alimentado en el ámbito privado, provocaron que mi lógica no lograra absorver esa imaginación y "fe", que las lecturas y buenas películas me provocan. Las cosas se fortalecieron bajo mis pensamientos políticos, que hasta la fecha vivo. Y como confirmación feminista, entendí lo perversa, homofóbica, machista, etc. que es, a pesar que much@s lo disculpen y defiendan.