lunes, 16 de diciembre de 2013

Debería

Debería más que soñarte.  Debería llamarte para invitarte a un café.  Debería dejar talvez de pensarte tanto. Debería de soltarte como niña asustada.  Debería decirte que no sé si te amo.  Debería dejar de sonreírme en cada ocasión.  Debería de ya no imaginarte moviendo los brazos con el viento.  Debería de negarme a escribirte.  Debería decirte que nos engañamos al final de todo.  Debería de decirte que tu valentía me quedó corta y la mia nunca se dió.  Debería de disculparme por no decirte nada.  Debería romper todo en pequeños trozos.  Debería escucharte más a menudo.  Debería sin tanto miedo llorarte.  Debería sin jugar a la suerte a pararme un rato a pensarnos.  Debería de dejar de darme tantas largas.  Debería romper el silencio y confesarte todo.  Debería provocar que me odies.  Debería darme un poco de verguenza.  Debería olvidar tanta vuelta al mundo.  Debería por un segundo respirar sin vos.  Debería de dejar de mencionarnos.  Debería dejar de pensarme como una opción.  Debería de decirte que te herí más de lo que sentiste.  Debería decirte que odiaba que dejaras las luces encendidas.  Debería finalmente aceptar que ocupas aun sitios en mi cabeza.  Debería jurarte que estoy siendo honesta.  Debería aceptar que el tiempo no tiene la culpa.  Debería llegar al final y saltarlo de una vez por todas. 

Ahora, ¿cómo hago para barrer toda esta basura?.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Sonidos

¿Los sonidos duelen? Depende que tan rápido te pasen el cuerpo, pensé mientras caminaba sobre la pasarela y movía las manos haciendo como que jugaba con los carros estancados, eufóricos y condenados a esperar a que el semáforo les diera vida.  Porque las cosas pasan, sin tiempo, pareciera todo tan planificado y urbanizado como la calle en que vivo donde hasta el viento se deja calar perfecto dentro de la piel.

A veces no sé cómo empezar una conversación, la perra duerme al lado y yo sigo peleándome con generar alguna idea que me haga "sonido" para empezar algo con hilo conductor y un poco de sobras de pan.  ¡Pero nada! Ni se me da y termino divagando en calles del recuerdo, mensajes sin contestar amontonados en los codos y el silencio llega para inundar mi cama en plena noche helada.  Como aquella barca empujada por una vara, me viene a la mente.  

Millones de mentiras regaladas.  Besos dados a lo ajeno.  Situaciones que con malicia llegaron a la puerta de la casa.  ¿Ven? De nuevo divago y sin razón la barca se desliza suave y generosa sobre el mar en plena madrugada esperando me sonrieras, sacarte la mejor imagen y que el sol fresco nos saludara.

Termino de bajar los escalones, me vuelve el dolor al tobillo derecho, creo que son las cintas de los tenis que me joden, veo el reloj y voy tarde de nuevo a no encontrarte sentada en el mismo sitio con esas enormes ganas de no volverme a ver.




lunes, 2 de diciembre de 2013

Para armar #1

Hacernos un nido en el alma,
pequeñas estrellas se sumergen en el agua,
un par de miradas sueltas se chocan,
amores de equipaje llenan las butacas,
las tardes dejaron de ser emoción
y vos y yo ya no somos canción.

Así que ni el adiós nos queda, amor.

lunes, 25 de noviembre de 2013

El afán de cerrar círculos

¿Por qué cerrar círculos? ¿Por qué es eternamente la gana de hacerlo?  A veces me suena a necedad más que a necesidad, así continuar con nuestras vidas o simplemente dejar de sentir eso que aun se siente pero negamos hasta dormidos/as.

Nos llenamos de preguntas, nos juntamos con alguien y nos empapelan de interrogantes de las cuales no sabemos qué contestar y el resto afirmamos pero son exactamente las que no necesitamos para "cerrar".  Es un vals hermoso, vamos y venimos haciéndonos que manejamos el círculo y cuando menos lo esperamos el círculo depende de lo que nuestras ideas le den para crecer y sin sospecharlo se ha convertido en nuestro mundo eterno y caótico.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Dejar de cojear

Volvemos con el común consuelo de que "no todo sale como quisiéramos", hacemos ese ejercicio mental de conformismo con leves pincelazos de resignación engañosa que al final termina en una frustración inmedible porque ni para esas proporciones podemos ser capaces de hacerlo.

Creamos una escena tan difícil de montar en la vida real que sólo en nuestra cabeza es posible actuar, le sumamos elementos imposibles de palpar pero fáciles de nombrar y en ocasiones hasta bailar con ellos.  Porque así vamos dándole largos chupones al cigarro, sonando el mismo drama y utilizado el mismo cuadro para vivir una y otra vez lo que no salió, según nuestros deseos.

El tiempo juega un papel importante en todo, a pesar que es el menos incluído en todo el caos que nos armanos, únicamente sirve para ser el villano de la película y tratamos a como dé lugar en acorralarnos  con el pobre que ni ha sido invitado para cenar.   Y así vamos dándonos fuerte por la cara si tenemos suerte porque otras veces el mismo mundo nos pega de a pocos y con cierta furia.



Cojiando de las manos, cojiando de la mirada, cojiando de un pie y el resto por no decir, siempre, de los sentimientos.  ¡Sí! De esas cositas que nos dan la energía para levantarnos, de esas chispas que aunque las demos por sentadas funcionan no por si solas sino por lo que cada uno/a les alimenta.  Pero como es de esperarse le tiramos migajas, hacemos todo tipo de maquillajes y montamos un festín a los mounstros que se llaman miedos para terminar desvinculándonos del ser y estar de un manera armónica.

Entonces llegamos como la dinámica del perro persiguiéndose la cola, en círculos y enojándonos con nadie más que con uno/a misma, culpando hasta al sol y llevándonos lejos de lo importante, los sentimientos y las ganas de ya no cojear.  Suena fácil la solución, tan fácil como la canción de moda que seguramente se odia pero la sabemos de todas formas, el detalle es relajar los hombros, soltar los puños y darse cuenta que se puede estar en "un mejor sitio".

No pretendo evangelizar, convencer tan solo provocar algo que haga movernos hacia donde deseamos estar aunque duela, aunque cueste, aunque no sea mañana en la mañana o no lo veamos pero sepamos que estamos haciendo esa diferencia para no cojear más.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Café y jugar a sufrir

Cuando la cristalidad golpea la orilla, podría verse como un acto natural o como un hecho violento de la fuerza contra lo estático.  Cada lectura dependerá de quien se pose en la orilla, desnude los pies y sin dudarlo sumerja éstos al agua helada y dulce sin espuma con ritmo que viene hacia las comisuras de la piel.

Porque cualquier hora es buena para tomar café hervido.
Los pies sumergidos y la compañía silenciosa del ruido hecho ser.  De nuevo el agua la llama para dejarse llevar y beber un tanto de ella.  Sorbo a sorbo colando la fuerza por los dientes, refrescándose los ojos con la brisa y buscando la razón de por qué todo se mueve entre gigantes y partículas invisibles.  

Adelantarse al futuro y jugar a sufrir.
Creer que es una mala idea pero de igual forma te plantas temprano luego del mejor desayuno de la semana y concluyes con lanzarte al primer carro que pasa por la autopista.  Terminando entonces, en ser esa persona que le gana al futuro y el resto de desconocidos luego de un tiempo nombran como "el loco estúpido".

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Barcas, luces y agua

Y puse miles de rayitas antes de empezar el texto, dije cosas maquilladas para la ocasión porque aun no sé está resuleto o quizás no esté por un buen tiempo.  Un par de habitaciones a mi alrededor, idiomas ajenos, llantos sometidos al silencio y alguien teclea bajo un apego condenatorio. 

Los días son días, cada quien los colorea como quiere, le dije en secreto.
La lucidez entra por debajo de la puerta, pensé, justo luego que me besaste sin muchas ganas a nada.

Mientras tanto la perra juega con su sombra, deseando sea otra más y no sentirse sola.
Vuelo libre le dicen, se me hace más a un vuelo controlado y condicionado en ser algo que en otra vida se quiere y sin tanta espera ocurre en cualquier risco hermoso, lleno de vegetación y si la suerte te atrapa puede ser que se toque el agua con los pies.

¿Cómo te habrá ido?, sigue sonando en mi cabeza.  ¿Y si te lo pregunto?, me reprimo.
 Ayer hablaba de un gran viaje para tan corta narración.  Hoy el viaje se hace enorme pero la narracción le quedará para siempre chica, aunque el mundo se junte y cada quien diga su parte.  Así es la muerte, nunca justa, tan anunciada y olvidada aunque se baile con ella a ratitos durante el día.


viernes, 25 de octubre de 2013

Sin embargo

Pequeñas ranuras se abren en las superficies.  La ausencia hace que todo se expanda y permita que el llanto se cuele sin tregua en cualquier esquina de la ciudad.  Saber que sin anuncio los huesos se quiebran y los sentimientos se enredan en las manos evitándonos avanzar frente a la vitrina con anaqueles llenos de reflejos pasajeros.  El buscar se hace y a veces se logra alcanzar aquellos pequeños sueños que nos llegan entre la mirada y el corazón.

Dormir se ha vuelto la consigna, la estrategia que se ha entablado para nadar entre las aguas de la tristeza y las interrogantes que no se desean atender, no por ahora o quizás la suerte haga su trabajo empujándolas lejos de todo, incluso de vos.  La gente en silencio camina dentro de las veredas, los carros avanzan con cierto miedo entre manchas naranjas motorizadas y el tiempo juega a bailes de tango con la muerte.  Algo así pasan las horas, los días llegan al final de la jornada como estrellas fugaces y un par de parejas discuten frente a mi puerta, hablándose de esos restos de amor que se dan.

Porque sin querer volvimos a querernos sin saber para qué, como una pulsación nos llevamos a las orillas sin pena y sin gloria, acusándonos de los días llenos de ausencia y noches silenciosas de palabras sueltas.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Miedo

El tráfico a pesar de los días de asueto no tiene respiro, colas infinitas de latas oxidadas vamos entre charcos, agujeros y pensamientos avanzando a diferentes direcciones.  Los semáforos cambian, la policía de tránsito hace ese ir y venir de brazos indicando agilizar el flujo vehicular pero pocas veces creemos que solucione.  La música baja-sube-baja de volúmenes, se tararean en diferido canciones para ir encaminándonos a ese "punto b" que nos hizo salir de la comodidad de algún sitio o simplemente llevarnos a ella. 

"...here, take my shirt and just go ahead and wipe up the sweat, sweat, sweat", suena la rola de Daft Punk.  Pam, pam, pam le contesta alguien ajeno con el ruido de las baquetas de dedos sobre el tablero, vuelvo la vista al sonido y no hay nadie solo la sensación, aquella sensación que me habla mientras finjo miedo, mucho miedo y así ahuyentarlo, sin éxito alguno.  En ocasiones conversamos, nos llevamos bien y tratamos de aprendernos desde ese nueva armonía que me recorre las ideas y me lleva a escribir cosas sin sentido en mis puños y frente.    Porque de nuevo nadie nos enseño, ni a vos ni a mi, se saborea en pequeños lapsos pero luego se cree que toda una vida ha pasado desde la última vez que se estuvo merodeando esos lados de la vida.  Con una sonrisa estúpida con cierta pena nos guardamos en el closet, privándonos de mostrarle al mundo que a pesar de bombas, hambres y soledades sé es, tan simple como helado sobre una galleta de nueces, tan anhelado como un viaje alrededor del sol y tan deseado como que al final, la suerte te pille y te diga quedito al oído que también te desea.  

Así paso, deseando que llegue el tiempo y entre luces neón te bese hasta que el sueño nos lleve.  Se avanza y de un jalón el miedo deja de separar y con un pequeño brinco entra en mi, para volver a darle play a la misma canción y pensar, ¡joder qué feliz soy!.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Un día de la semana

Esos momentos en que la magia sale durante el silencio de la noche y la madrugada, donde el suspiro te sale bajo el sueño de verte feliz a la orilla y muy cerca de los riscos que parecen picos de pistachos.  Casitas sin balcón, nadie se preocupa en entrar y el fresco hace una delgada escarcha que te llega a las rodillas alentando a los mosquitos que persiguen los hipos de ayer.

Baja, baja y empiezan las olas distantes entre viajes y palabras sueltas con tu nombre porque te repito miles de veces sin esfuerzo estás allí, vení que nos falta un beso más, antes de caminar hacia la distancia y otros días de las semanas estén ocupándonos sin mucho acuerdo y ganas de bailar a media sala con los ojos entreabiertos y sin dudarlo la canción suene una eternidad.

Porque llega, te llevo y vos me traes un domingo por la tarde durante esas horas que el mundo duerme la siesta y con las paredes llenas de todo, hacemos el amor, la ciudad se calla por minutos y nos amarramos entre aire y agua sin pensar en el tiempo para no asustarnos que otro día se nos irá aun más lento.

El tiempo nos caduca y nos renace esos días de la semana para empujarnos a ser.   Eso intenso, colorido sonoro y palabras sueltas bajo la luz de las ventanas ajenas, nos juramos.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Ahora

Dejémonos de tanta fiesta.  Soltemos esas cosas que nos tensan.  Porque así van las ganas y muy lejos los sueños, próximos a la tienda de ropa usada y cositas que usan imán.  Ahora el espacio falta y no cabe todo éso que te hacía y a mi sin tanta vuelta terminaba siendo orilla o la orilla de éso, realmente ahora ya no importa.  

La casa está recién pintada y ya esos monocromáticos funcionan cuando la fotografía se pone en pausa y la juego mientras nadie me presta atención.  Así paso mis días, durmiendo de día para trasnochar, sin urgencia y deseando que la conexión no falle y los universos me hablen del otro lado para hacerme sonreír un poco y sin pena le diga que me enamora el corazón.  Porque así van las cercanías pegadas como deseo.

Así que dejemos de tararear, sin prohibir guardemos el reproductor porque pronto sonará en paralelo y por igual, tanto para vos como para mi.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Cerca de acá

Se llaman a los sentimientos y nos conducen a las sensaciones.  Cada noche suena bajo un piano fino y casas con puertas cerradas con llave hacía la nada y encierran las historias que sólo viven de día en horario de oficina.

El alumbrado público se cae, quedando en los balcones y protegiendo a un par de enamorados que no encuentran lugar ni cama donde coger sin tanta culpa.  Allí van entre gatos huérfanos y silencios de caminones que frenan obligados por luces cambiantes que nos llevan de un punto a otro, tan cómplices pero tan lejos de aquel donde habitan mis ganas y sueños con promesa por cumplir.  Mientras vos dormís en el cuarto de enfrente sonriéndome a la cercanía de siete pulsaciones.  

Las cosas se van diciendo cuando el alma sale a quemarse con lo helado o a freírse bajo el sol cada vez más vengador y menos enamoradizo en estas fechas de tantita lluvia dispersa y un verano que ocupa el otro lado del mar.  ¡Mirá, ponéme atención!, grita alguien por la ventana y la música suena más de lo normal porque ahora el ritual requiere un vals suelto pero romántico sin piedad a equivocarse o talvez fallar mientras ambos caen al borde de tanta emoción, miradas y turrón barato que cubre las paredes del viejo cuarto con dos salidas.

Porque nadie me dijo que un día cualquiera iba a llegar, nadie te explico y sin remedio nos sostenemos con la imaginación, turrón seco para contigo pasear entre los sentimientos, ésos que guían más que conducen, cariño.  Así es, me contestaste muy quedo al oído.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Stream

Hace algunos días me provocaba la idea de transmitir esas imágenes que pasan por mi cabeza mientras hago el scrabble del año, digo año porque ese juego de letras, múltiplos y números no me fluye o sin el quizás, no me da la gana.

Porque los sentidos pasan en pedazos con bonitos tonos, algunos difuminados y otros tan vivos que pienso que se me salen por los ojos y termino hablando con ellos mientras sorbo café helado instantáneo, aprovechando a que el Ahora dejó de meterse entre mis alteregos y sin urgencia todos los Presentes hacen una ronda alrededor de lo que sí se me da.  

Pasan las letras marcando cada fotografía y dan ganas de acercarse un tanto para besarte bien quedo.  Volverme canción así como aquella rolita pasada de moda que se escucha en el bar de cerillos y tinta china.   Dos calles atrás el aire voló como todos los días, restos de templos se pusieron contra sol y cunas completas hicieron zanjas para darle camino a la luna de tiempos de humedad y falta de lluvia en pleno valle de cristales y azulejos mal pegados.

Alguien me dijo que se sabe vivir entre lo que ya no somos para nadie, más que olvido y recuerdos pegados con alfileres pero todavía tengo mis dudas, tan grandes que brinco en ellas y de un solo golpe caigo en mis adentros para repintarte e imaginar otra vez esas imágenes sin hilo conductor que tanto me gustaría transmitir con azar y porque no, en stream.

lunes, 26 de agosto de 2013

Tejer

Las agujas entran por el mismo sitio, van y van sin venir, haciéndose nudos y rompiendo uniformidades hechas al por mayor.  Así vamos... ¡escucha! me gritaron desde atrás.  Todos se quedan y todas a un compás ágil junto al sonido de romper se anudan para volverse una.

Tic, tac, tic ya no suena el tac es el reloj barato que me regalaron para mi primera vuelta al mundo, aquellos días de pasto seco y poca lluvia de leche con miel.  Ajeno a lo rítmico la gente canta, suelta la voz y un par de solos de guitarra que tanto te gustan suenan mientras la cinta de selecto nos lleva a días en uno, sol suave y ricos licuados.

Vos sonreís, el agua tiembla y las energías hacen mover las nubes lento, bien lento que dan ganas de empujarlas a soplos y formar lienzos de hamacas para tirarnos a ver el mar azul, dormir la siesta y que el tiempo nos arrulle un poco nada más.  Es allí donde entran las agujas con listones nuevos, cosas cursis que se dicen durante la madrugada y posiblemente se queden para hacer la última puntada que nos pacte, consuma y sea todo nueva sustancia.

jueves, 8 de agosto de 2013

El túnel

Sería mentirme, me repetía mientras andaba entre las calles buscando el túnel que me sacaría de esa enorme ciudad. La radio hablaba en un idioma cada vez más lejano. Calles muy angostas para una ciudad tan evolucionada pensé de nuevo. A pesar de llevar años desterrándome de tantas cosas nunca le encontré la lógica a la arquitectura, empezando por las calles de una sola vía versus edificios con balcones enormes y piscinas sinfín en los techos.

Es domingo, mi peor día de la semana. Todo quieto y resistiéndose al mañana productivo y un tanto perezoso del lunes. Bajo el vidrio de la ventanilla, saco la cabeza. Juraría que ví ese pinche túnel hace unas semanas. No me es nada fácil retomar el hábito del automóvil (una cosa más que dejé en la puerta de abordaje cuando decidí marcharme). La vida a pie es una vida, el resto es una monería de grotescos colores que pasan sin sentirse.



Mis dedos hechos maquetas golpean el volante. Entre tantos oficios y hambre los convertí en una textura de manta cruda y quemada. Abro la guantera, recortes de mapas, unos guantes olvidados y la cajetilla con los últimos tres cigarros que prometí fumar. El clima ha mejorado o quizás ya me estoy acostumbrando a él, he pasado días duros de calor, entre desmayos y náuseas la gente sigue pensando que exagero pero de donde vengo el sol no rebota en un millón de espejos a la vez. Si yo fuera... Ese truco de nombrarme como éso que busco. La sed llega entre el tabaco y el aire dulce que gobierna la ciudad. A un principio me fascinaba el aroma, sí lograba identificarlo sin importar donde estuviese pero la costumbre me hizo olvidarlo y en contados casos lo sentía. Una buena despedida, quizá.

Lanzo la colilla a la acera, me atraganto de agua helada para "el camino" y el túnel ni señas, en cada dos cuadras se señala que pronto aparecerá pero todo parece una mala broma del alcalde, como aquella cuando hizo desbordar el río para crear lagunas artificiales en ciertas áreas de la ciudad. Pasamos semanas entre lodo, peces muertos y aguas negras hasta los tobillos. Sin sorpresa se reeligió. Nada extraño en este tipo de mundo. Debería lanzarme para algún cargo público siempre lo he pensado es cuestión de labia y dinero, dos cosas que carezco (fin del proyecto político).

Girar, girar, suena esa canción que me hace recordar en la radio, me lanzo a ellos y viajo, casi sin poner atención en el camino, sonrió de esa forma estúpida que no se puede controlar, mi cabello vuela con la velocidad, el sonido rompe los vidrios, sin rozar las aceras voy en ese laberinto urbano y grito miles de nombres, millones de estrofas de otras canciones, repito imágenes y me detengo por segundos a saludar ya no más para decir adiós. Luego de años, saludo a "eso de atrás", sin llorar y con cierta fascinación infantil de azúcar. Nada hace ruido, sangra o duele dentro. Sólo emociona con una intensidad de algo que concluye y se vuelve eterno.

Un túmulo me hace reaccionar, frente a mi lo tan buscado, respiro sin alteración y avanzo. Lento abriéndome paso sin hacer ruido me detengo, saco la cajetilla de cigarros, bajo del automóvil me siento en la acera y fumo. Estoy justo a cuatro metros de distancia para salir del túnel, la luz es otra más queda, no pienso en nada, veo girar el humo que se entremezcla con el aire dulce y el aire tibio de esos pocos metros, enciendo el otro cigarro, me acerco a la ventanilla todo está destapado lanzo uno de los cigarros, bajo la música y así bailar mientras escucho como arde todo.

Dejo atrás el caos de fuego. Sin voltear tiro la última colilla. Veo una parada de autobús, el cansancio me venció. Hago la señal y subo. Bajo luego de un largo trayecto, veo el reloj y sé que vos estás linda esperándome para cenar.

Pronto llegará el invierno, el aire dulce sabe a húmedo ahora, pensé.  Dejo caer las llaves y vos me saludas.



lunes, 14 de enero de 2013

Bajo la luz

Últimamente todo ha pasado de noche.  Ahora que lo pienso quisiera algo a plena luz del día.  Un día donde las nubes estén untadas en ciertas partes, el celeste del cielo se pueda respirar y el sol dore rico la piel.  Sin tiempo que marque su fin.  Quedarme suavizándome el corazón sobre algún tejado y ver como las hojas se mueven entre partículas y mensajes invisibles que cruzan todo el planeta.  Dedicar un par de canciones cursis que aunque me niegue, me hacen bailar con los brazos abiertos.  

Se dejen caer los pájaros sabiendo que no habrá oscuridad que les obligue esconderse, formen círculos de aire perfumado y rompan esos tumultos de nubes sueltas.  Nada más importa.  Todo se imagina y como algo armónico la luna despierte al fondo de las montañas repletas de luces ajenas y sin dudarlo todo se refleje en ella. Mares de agua salada humedezcan las orillas de mi conciencia, se viertan en pequeños canales el agua helada y me lleven al otro lado de las constancias y sueños aislados. 

Todo ocurriría allí sin tanto empujarme, cada cosa en su sitio.