miércoles, 20 de noviembre de 2013

Café y jugar a sufrir

Cuando la cristalidad golpea la orilla, podría verse como un acto natural o como un hecho violento de la fuerza contra lo estático.  Cada lectura dependerá de quien se pose en la orilla, desnude los pies y sin dudarlo sumerja éstos al agua helada y dulce sin espuma con ritmo que viene hacia las comisuras de la piel.

Porque cualquier hora es buena para tomar café hervido.
Los pies sumergidos y la compañía silenciosa del ruido hecho ser.  De nuevo el agua la llama para dejarse llevar y beber un tanto de ella.  Sorbo a sorbo colando la fuerza por los dientes, refrescándose los ojos con la brisa y buscando la razón de por qué todo se mueve entre gigantes y partículas invisibles.  

Adelantarse al futuro y jugar a sufrir.
Creer que es una mala idea pero de igual forma te plantas temprano luego del mejor desayuno de la semana y concluyes con lanzarte al primer carro que pasa por la autopista.  Terminando entonces, en ser esa persona que le gana al futuro y el resto de desconocidos luego de un tiempo nombran como "el loco estúpido".

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