miércoles, 27 de julio de 2011

Paredes Blancas

Las recorro, todas las noches.  Esperando que a la vuelta de la esquina, caiga.  El agua tibia me acalore y mis sueños se vuelvan espuma.  Mientras el ahogo me toma, ruego que nadie aparezca, que los círculos no se escapen y mi mirada reine, tan lejos como las estrellas.

Siento los sonidos aislados de pianos pasados, fotografías en movimiento en una vieja ventana roja y varias caminatas entre callejones, espero perderme, volver en pedazos y seguir tejiendo, lejos de esa patética canción con la que me condenaste.  

viernes, 22 de julio de 2011

Pauseo


Busco las paredes para pasar los dedos e imaginar. 
Palabras pasadas las llevo colgadas en mis dedos.
Los acordes no dejan de moverme las entrañas.

Y mientras vuelo pienso, que son momentos únicos que estoy viviendo contigo.

viernes, 15 de julio de 2011

Cómo decirlo

Que la soledad, me es ahora mejor compañía.  Que muchas noches llevo persiguiendo fantasmas, en lugar de abrazarte.  Que simplemente el mar me llama.  Que las ventanas ya no tienen paisajes conjuntos.  Que el corazón me dispara mientras me tomas la mano.  

Cómo decirlo, que desde ayer, he muerto.

viernes, 8 de julio de 2011

Durante las tardes

Mientras nadie me ve, me desdoblo.  Desconecto todo, apago las luces y cierro los ojos.  Sueño con noches con paisajes llenos de saltos y dulces.  Ruego por amaneceres con la luz justa y energías positivas.  Me cubro el cuerpo de arena azul, me lleno la boca de caracoles que cantan historias pasadas y bailo con los brazos abiertos.  Y de vez en cuando, juego con la soledad, y juntas le escribimos cartas a la muerte para desearle buenas causas.  

Así paso las tardes, mientras nadie me ve.

viernes, 1 de julio de 2011

Somos comunidad

El sol lleva varios días sin asomarse, con las laderas cubiertas de plástico negro y la bruma helando hasta los huesos, la población despierta y resiste ante el clima, la pobreza y la incomunicación a pesar de estar a dos horas de la ciudad.

El sistema los ignora.  Ahora ellos y ellas también, por necesidad algunas veces y por precaución, la mayoría.  Organizados/as, sabiéndose de memoria las necesidades de cada integrante, marcha en resistencia para sobrevivir.  Cada mañana revisan sus alrededores, enlistan los comestibles, verifican el agua potable que cada día es menos y chequean los débiles cables de energía eléctrica que se desplazan a través de un camino de terracería, lodo y un puente provisional, que lleva más de dos años sin ser atendido.

La inconformidad no habita en el lugar, hombro a hombro, hombres y mujeres, se han especializado en ciertos oficios, sin olvidar la importancia del otro y otra, tejen su historia entre medicina alternativa, comadronas, educación trilingue deficiente y una computadora con internet, que una de las compañeras está aprendiendo a utilizar.

Los días son cortos, aseguran.  Las obras avazan poco a poco con ayuda de todos/as.  Pero sobre todo, creen que pronto saldrá el sol y la bruma ya no traerá más enfermedades.