Cotidiano (4)

Me he vuelto más dura, el escepticismo se ha vuelto mi mejor amigo, la carencia de esperanza me invade en mis noches de autoanálisis y mis vivencias son de una más de tantas sobrevivientes en este viene y va de sociedad.

Mientras se quitan las penas muchos y muchas utilizando la cuyuntura, entre listones blancos, marchas pro-vida y personas que únicamente quieren pasear sin saber que demonios ocurre. Me surgen nuevamente interrogantes de todo tipo, de posturas criticables y de pasar a ser tratada como una tercerca cosa, olvidándose entonces quien soy en realidad o por lo menos quien era. Porque hemos cambiado, me he cambiado, quiero ser alguien más, quiero transformárme en éso que me hace cosquilleo el estómago para así lograr perdonar y ser perdonada, desenamorarme sin tanto llanto y lograr soltar las cosas sin necesidad de golpes bajos en el corazón. Pero finalmente, que el empoderamiento no me disuelva y que los niveles ya no sean comunes entre las partes para que mi gana ya no sea de destrucción sino de simple fascinación.

Sé que debo empezar de adentro hacia fuera, aunque me cueste la vida y me tome más de mil años.