La Convención de Belém do Pará establece que la violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado.
A nivel nacional existe la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer, donde el Estado de Guatemala amplía el cumplimiento del compromiso internacionalmente asumido desde el año 1995. Esta normativa, es el resultado de miles de esfuerzos tanto gubernativos como de sociedad civil, el objetivo es tipificar y sobre todo evidenciar los constantes ataques contra la mujer en cualquier ámbito y medio, con el único fin de control o dominio para alcanzar la sumición y discriminación en contra de las mujeres. Dentro de ésta, se encuentra varias definiciones básicas, pero bastante claras.
Entonces partiendo de lo anterior, me surgen como siempre, varias dudas y sentimientos, para replantear la misma pregunta, ¿No es mi asunto?, ¿No tengo que tomar banderas que no son mías?, ¿No lo debo decir más allá del ámbito privado y/o micro?, ¿Debo ser cómplice de ciertos actos al momento de callar?, ¿No debo tener indignación?. Porque si omitiera todas éstas, seguramente me surgirian más, ¿Quién se va hacer cargo de la responsabilidad de una sobreviviente y/o víctima más?, ¿Vas hablar hasta que sea alguien cercano?, ¿Dejarás las cosas impunemente?. Y pues, ¿Seguirás callado o callada mientras ponés en riesgo millones de mujeres más?.
Simple, yo no quiero cargar con las últimas preguntas, ni llevar en mis hombros más lágrimas, muertes y abusos, por éso denuncio, por éso me juego todo porque no se debe pasar la vida a nivel doméstico, ni pensar que todo es "normal". Porque, la empoderación tiene sus beneficios individuales y colectivos, pero también tiene sus responsabilidades, y se deben asumir.
A nivel nacional existe la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer, donde el Estado de Guatemala amplía el cumplimiento del compromiso internacionalmente asumido desde el año 1995. Esta normativa, es el resultado de miles de esfuerzos tanto gubernativos como de sociedad civil, el objetivo es tipificar y sobre todo evidenciar los constantes ataques contra la mujer en cualquier ámbito y medio, con el único fin de control o dominio para alcanzar la sumición y discriminación en contra de las mujeres. Dentro de ésta, se encuentra varias definiciones básicas, pero bastante claras.
Entonces partiendo de lo anterior, me surgen como siempre, varias dudas y sentimientos, para replantear la misma pregunta, ¿No es mi asunto?, ¿No tengo que tomar banderas que no son mías?, ¿No lo debo decir más allá del ámbito privado y/o micro?, ¿Debo ser cómplice de ciertos actos al momento de callar?, ¿No debo tener indignación?. Porque si omitiera todas éstas, seguramente me surgirian más, ¿Quién se va hacer cargo de la responsabilidad de una sobreviviente y/o víctima más?, ¿Vas hablar hasta que sea alguien cercano?, ¿Dejarás las cosas impunemente?. Y pues, ¿Seguirás callado o callada mientras ponés en riesgo millones de mujeres más?.
Simple, yo no quiero cargar con las últimas preguntas, ni llevar en mis hombros más lágrimas, muertes y abusos, por éso denuncio, por éso me juego todo porque no se debe pasar la vida a nivel doméstico, ni pensar que todo es "normal". Porque, la empoderación tiene sus beneficios individuales y colectivos, pero también tiene sus responsabilidades, y se deben asumir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario