miércoles, 20 de mayo de 2009

Grieta

Amanecí con una leve alegría, la cual me duró poco más que un par de suspiros. Ahora, los hombros me pesan, los ojos me lloran y el alma la tengo acalambrada. En mi cabeza trato de olvidar todo eso que me ahoga, de hacer que piense aunque sea en los malos chistes que surgen de mi entorno, pero mi afán de olvidar no lo consigo, se aferra en cada tejido y las neuronas pierden voluntad. Simplemente creo que este será un día más largo de lo normal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hay dias con 28 horas, casi siempre son los malos días. todo pasa, aunque parezca que no es así.

saludos