Para no matar su tiempo, imaginò:
vivirlo mientras ocurre, a lo vivo;
en el instante finìsimo en que ocurre,
en punta de aguja y por tanto accesible;
vivir su tiempo: para lo cual ir a vivir
en un desierto literal o de alpendes;
en yermos, que no distraigan de vivir
la agujas de un solo instante, plenamente.
Plenamente: vivièndolo desde dentro de èl;
habitarlo, en la aguja de cada instante,
en cada aguja instante: y habitar en èl
todo lo que habitar cede al habitante.
Y de vuelta de ir a habitar su tiempo:
corre ya vacìo, el tal tiempo a lo vivo;
como ademàs de vacìo, transparente,
el instante a habitar pasa invisible.
Por lo tanto: para nomatarlo, matarlo;
matar el tiempo, llenàndolo de cosas;
en vez de desierto, vivir en calles
donde lo llenan y lo matan las personas;
pues como el tiempo ocurre transparente
y sòlo gana cuerpo y color con su meollo
(lo que no pasò de lo que le pasò),
para habitarlo: sòlo en el pasado, muerto.
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