Anoche, me hablaste, levantaste el teléfono y en una forma eufórica me dijiste miles de cosas. Miles de cosas que no recuerdo y tampoco deseo, simplemente tengo la imagen de verte hablar fuerte, con la pasión en la piel y tus ojos buscándome a través de tus recuerdos escondidos. Hoy, espero encontrate de vuelta, deseando que la gana no me paralice y mi sueño me permita decirte una sola cosa.
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