martes, 3 de abril de 2012

Arena y luz

Mis manos han dejado de buscar.  Los pies los tengo pegados a las nubes con formas extrañas y que saben tan raro, últimamente.  Mis pensamientos los empeñé por una nueva tabla de surf.  El mar es mi nuevo destino, quieto, bien quito, lo suficiente como para dormirse en él.

Vos, seguís en el pequeño aparador, junto a otro montón de pendientes que ahora no pienso atender.  He hecho miles de historias de viajes con piratas y un par de canciones patéticas que ahora suenan en la radio fresa de la ciudad.  Así han pasado estos días, hablando de nada, porque hasta la soledad se ha divorciado de mis crisis existenciales.

Han pasado semanas, choques en banquetas y un par de barriletes perdidos de noviembre vienen a mis paisajes, vos llevás tiempo sin venir y yo tengo años de estar acá con el cuerpo cubierto de arena que a veces deja de picar y simplemente, nos duele.

No hay comentarios: