Dentro de un grupo heterogéneo, en todos los aspectos, desde condición hasta posición social, seguramente abarcando desde áreas rurales hasta urbanas, se lanzó la pregunta sobre si estabamos a favor del aborto. Luego de escucharla, supe que sería una plática justificada y eterna sobre el tema, donde inmediatamente se vistieron todos y todas con su trajesito de primera comunión, ajustado, lleno de encaje y lo idealmente blanco para la ocasión, prendieron las velas, sacando las imágenes y crucifijos, y sin más ni más, la clase se llenó de incienso y biblias. Para pensar entonces con cierto aburrimiento, ¿ahora qué van a decir?, luego de escuchar los pujes de asombro y rumores.
Fue entonces que se relanzó la cuestionante, pocos y pocas levantamos la mano sobre el asunto, demostrando nuestra anuencia ante tal situación, sintiéndose entonces una especie de condena en el ambiente y un tanto de calor al saber que seríamos linchados. Luego de tal situación, la discusión fue larga, tediosa y a ratos divertida, los santos desfilaron, los "valores" ocuparon las ventanas y un par casi casi se salen de la clase. Para luego ser interrumpidos por otra cuestionante, ¿aceptan la pena de muerte?.
Fue entonces que sin dudarlo en una sola voz gritaron, sí ! que maten a esos mareros!. Ahora el grupito y el generador de cuestionantes, sonreímos con cierta "complicidad", reafirmando esa doble cara que muchos y muchas llevan empacada en su mochila al lado de la biblia y el revólver.
Imagen: google.com
1 comentario:
Pffff....me gustó ese cierre!
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