La sociedad se encuentra estructurada y validada, por millones de rituales, desde religiosos hasta cotidianos, la rutina a la larga se vuelve también ley y cuando menos nos damos cuenta, estamos en una constante de procedimientos engorrosos, fastidiosos y que cuando finalmente nos bajamos del mundo (como dijera Mafalda) suelen ser cosas vacías y muchas veces replicadas por obligación sin sustancia.
Uno de los ejemplos más cercanos a mi, estarían las "despedidas de soltera" y/o "baby showers" , donde un puño de mujeres, la mayoría empatronadas hasta la sombra, valida ahora la nueva posición social de la mujer, quien a pesar de su situación real (económica y psicológica), se ve sometida a un ritual lleno de colores que deben estar, de actividades con juego de palabras que debe memorizar para ser aceptada en el clan y palabras ceremoniales por parte de todas, sobre el futuro prometedor y que seguramente dios, facilitará a través de tanta oración por parte de todas.
Lo interesante del asunto es que una actividad es precedida por otra, debe serlo así, sino que chiste tendría. Donde el escenario es montado para demostrar lo afortunada que es, lo suertuda o maquilladamente que es, por tener a ese como compañero (si fuera el caso) y si se da la posibilidad evidenciar las mejoras en su situación socioeconómica, donde en secreto la mayoría sabe que las deudas formarán parte también de la negociación. Y claro!, no podría dejar afuera, el futuro del bebé, ese o esa pequeña ser que siendo proyecto o aun le faltan meses para concretarse, trae en hombros una presión de logros, de apuestas a que arregle miles de situaciones y si fuera posible sea el o la próxima intelectual de izquierda que venga a salvar el mundo. Y de nuevo y como históricamente se ha condenado, allí está la mujer, en medio de ese torrente de ceremonias, por gusto y/o imposición, validándose y buscando serlo, a través de una proyección y obligación con tal de formar parte o simplemente por "el qué diran".
Para entonces finalmente, reproducir una vez más los estereotipos, demostrar que tenemos que convivir y que si alguien opina lo contrario (como yo), para mi buena suerte, seremos excluidas de esos procesos y en que pocas ocasiones formaremos parte, siendo advertidas de no comentar y reprimidas al momento de dar el tradicional speech. Oportunidad que siempre aprovecho y aprovecharé para decirles: Es válido y las admiro, pero existen millones de cosas más allá de la barda, se los prometo.
imagen: google.com
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1 comentario:
Yo DETESTO los baby showers y despedidas de soltera y soy muy abierta al respecto. No voy ni a los de mis parientes y siempre mando el regalo con una disculpa. Ya nadie espera mi presencia, gracias al cielo ...
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