martes, 27 de abril de 2010

Memoria Histórica y Colectivo

Por buenas voluntades, asistí a una de las presentaciones de La Isla.  De cierta manera, no me sorprendío el lleno total del teatro, reconocí a mucha gente y la dinámica para este tipo de temas se ha establecido como un ritual, entre los y las que asistimos regularmente a éstos.  

Así como me reconocí y reconocí el espacio donde se proyectó, así reconocí las voces, imágenes e historias que plasmaban el documental, muchos rostros y voces que me movieron dentro, complicidades y sensibilidades que he tenido despiertas desde hace unas semanas (ver post anterior), todo de nuevo allí, contado de una forma diferente, bajo el mismo escenario, las mismas prácticas y las mismas convulsiones de lo patético que me resulta la justicia en Guatemala, lo mal pintado de los grupos de poder ante lo evidente y miles de energías buscando tener una respuesta.


Posiblemente llegue con muchas ideas y ganas, o como dijeron por allí, se me está haciendo costra en el alma, pero sentí que me quedo debiendo algo, seguramente no tenga que ver con el documental, ahora que lo pienso, sea entonces esa frustración de que hagan millones de documentales, historias, investigaciones, testimoniales, etc., y todo quede allí, dentro de la misma gente, que la tristeza ocupe el lugar de aquel o aquella compa que pocos recuerdan y que luego sea una cosa más para guardar en el buró de los pendientes.

Salí con la mente en blanco, sin ganas de hablar de ella, pero con un leve toque de esperanza, deseando que miles de  familias, amigos y amigas, dentro de este proceso de recuperación de los archivos, encuentren una respuesta real.

1 comentario:

GavilaSavilaMavila dijo...

De lo mejor que te he leído! Y vaya si te he leído!!