miércoles, 2 de diciembre de 2009

Troquelando

Justo en el borde, pasadito de la línea ha sonado y porque negarlo sigue sonando esa serie de palabras que se conjugan en un verbo un tanto salido de tono o talvez la costumbre me tiene mal educada a los tonos bajos, suaves y aromiosos de esas relaciones impuestas, seleccionadas y hechas por el juego de la vida.

Nunca ha sido fácil, esta vez un tanto diferente bajo la construcción de no reventar, he decidido únicamente esperar que le prendan fuego a mi hoguera y pues hasta les he sugerido un par de canciones para que canten mientras hacen la danza respectiva. Mientras los y las demás no quieren meterse, se llenan de imparcialidades y de nuevo ¡Qué viva...!, lo que sea porque ni siquiera éso tienen claro.

Pero bueno, la cuchilla sigue cortando el papel, la máquina termina de alizar los bordes y el pegamento finalmente ha sido obsorbido por las puntas de esa caja donde se guardaran las palabras, los insultos, lo que fuera y lo que pensamos que sería.

Finalmente, éso de los linchamientos es tan divertido, luego que una le encuentra el gusto o la costumbre, que de nuevo, me traiciona.


1 comentario:

David Lepe dijo...

Vos, que lindo texto.
Y la rola de Sabina... sin palabras. Saludos.