Jugando con el verbo: Diverso

Luego de un mes de diversidad sexual, donde las actividades fueron constantes en varios puntos, me detengo justo atrás de una camioneta y veo un enorme anuncio sobre la homofobia, sonrío con cierta complicidad, independientemente no haya colaborado dentro de la campaña, pero me mueve algo dentro, muy lejana a mi identidad sexual y muy cerca de saber que en un país con las características de Guatemala, hoy por lo menos se está paseando y exibiendo sin ningún empacho ese anuncio. Durante el programa extenso y dinámico que fue programado por Rednas, participé en algunas, entre exposiciones, talleres y películas, pocas con mucho contenido y otras con muchas subjetividades, donde todavía me ronda a la idea la carencia de una postura política uniforme, la inclusión de cierta parte de la diversidad dentro de la misma y la ausencia de sensibilización de cada historia de vida dentro de ésta. Donde ví, muchas veces reflejado el protagonismo sin formación, la victimización y pues no lo negaré, historias de vida que aun me hacen erizar la piel.

Por otra parte, días después me reuní en un círculo diferente, conversando entre cafés, restos de pan con aceite de oliva y queso con conserva de membrillo, llegamos a la misma conclusión, donde la coyuntura ha sido la mala aliada de la diversidad sexual, se han enmarcado en problemáticas y en ciertas ocasiones lo que proyectan son esos estereotipos que tanto luchan.

Finalmente la solución no la sé, pero considero que es importante tomar tanta subjetividad expresada en este mes, analizar lo que realmente se quiere, siendo incluyente y nombrar las cosas por su nombre, quitarse esas cadenas de las problemáticas cuyunturales y ver más allá de un trabajo de hormiga, que es válido, pero se debe también trabajar en la trasformación de la superestructura y dejar de pensar que sociedad civil organizada y estado deben permanecer divorciados y ser enemigos a muerte.

Sumando, sumando, ese sería un buen principio a nivel interno.

imagen: google.com