miércoles, 8 de diciembre de 2010

Whisky & cerveza

Desfilaron esa noche.  Un tanto nerviosa y atenta, me habían anunciado que este personaje era algo parecido a un genio, lleno de filosofía, existencialismo y acostumbrado a esas cosas finas que la vida brinda.  Empezamos con temas comunes, música, películas y un par de gustos por los sitios callados y bohemios que abundan y que carecen de una buena carta de comidas.  Una cosa, llevó a otra y otras muchas surgieron al aglutirnar más bebidas a la cuenta, el ambiente se relajó y la conversación fluyó alrededor de Kundera, Sartre y Simone, basándonos en esa necedad del ser humano de vincular el sexo con el amor. 

Al terminar la cita sin intensión, nos despedimos, sonriéndonos.   Él no sé que pensó de mi, pero para mi, fue uno de los pocos hombres que le creí cuando hablaba de la equidad e igualdad entre hombres y mujeres; pero sobre todo que me dijera:  la mayoría de veces siento amenazada mi feminidad, ésa que día con día trato de recuperar y que la sociedad obliga culturalmente a exterminar.

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