lunes, 5 de julio de 2010

Esa cosa del amor

Un amigo me hablaba sobre cómo ha llegado el amor a su vida, cómo las chavas de cierta forma lo abordan para proponérselo y cómo hace para no aceptar esa serie de propuestas.  Conclusión:  mi amigo vive un tanto equivocado, posee cierto grado infantil para abordar a "esas mujeres que enloquecen por él" y fijo no esta de moda, como seguramente ha puesto en sus tarjetas de presentación.  Mientras lo ponía en modo mute (lo siento), pensaba cómo carajos afrontaba yo a esa cosa que creo o asumo qué es amor.

Estoy consiente que existe, no es un mito urbano, ocupa cierta parte de mi duro corazón y mayoritariamente se encuentra en mi razón.  Constantemente lo cuestiono, en mis juicios existenciales contadas veces lo invito a participar.  Me ha llegado de una forma simple.  Un par de veces, me he enredado y he terminado en un ciclo vicioso y tedioso por no dejarlo ir.





Hoy, puedo afirmar que las cosas están tranquilas, ahora lo veo de una forma madura y no tan dependiente, donde el avance o retroceso concierne a las parte involucradas y que la idea simple del amor es acompañar.  Provocar el crecimiento individual y colectivo.  El amor, no requiere tantas fuerzas, pero sí de cierta valentía para afrontarlo y validarlo, y no me refiero a validarlo o no en el facebook.    Pero como de todo hay para para todos y todas también, lo he y me atravería a decir que lo hemos satanizado, adjundicándole esa pinche mania de volverlo obligatorio, permanente y eterno por esa telaraña de costumbres, acomodamientos e inseguridades que nos envuelven.  El amor también se cansa, se aburre y se muda, porque esa dimensión que nos provoca tiene un costo, de varios tipos y tamaños, a pesar que se nos olvide.  El amor no quita conocimiento, creo que es importante mantenerlo presente.  Existen condiciones básicas que necesita, pero sobre todo compromiso y pactos bien definidos.

Pero en fin, ¡El amor! esa cosa que ha inspirado miles de canciones, poemas, noches de vela, tarjetas cursis, etc.... y a mi, ganas de amanecer al lado de alguien.  Como diría Kundera:  El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.  Para mi es suficiente lograr recrear el mundo entero dentro de cuatro paredes, salir a la calle con la seguridad en la piel y sonreir a solas con esas ganas de seguir moviéndose el mundo con simples y ricos silencios.  

P.d:  gracias, Luv  :)
Imagen:  google.com

1 comentario:

David Lepe dijo...

Ay el amosh.
Es muy difícil explicarlo, y más manejarlo. Lo importante es disfrutar de sus momentos lo más que podamos.
Abrazo.