lunes, 6 de febrero de 2012

Entre los espacios

Sé que me esperas, llevan días las cortinas cerradas.  Te alcanzo.  Llego hacia vos, como un leve silvido.  Traspaso los espacios y el tiempo para colarme por tu ventana.   Nada entra, solo vos y yo.  Los caminos han dejado de separarnos, las vidas se han vuelto primaveras ajenas, sin esperar nos nombrarnos en un solo murmullo.

Nos sentimos.  Me sentís, como ese frío que eriza la piel y los sabores que marcan el paladar.  Y te siento, entre sonrisas y baños de almendra tostada.  Así pasamos, vistiéndonos y jugando trucos de magia, donde nadie sabe que exitimos, como un deseo de un día de paz, como una feria de luces embriagantes, como todo éso que sabemos que no podrá ser.  Todo se vuelve estático, empapelado con sueños e historias de deseos, ésas que nos quedamos debiendo.  Ésas que sin decirnos sabemos que nos contamos mientras dormimos y nos pensamos hasta el atardecer.

Con las razones suficientes vuelo, vos me esperás y las cortinas nos separan de lo demás, para entonces murmurar con la ayuda del viento y el tiempo, la deuda que nos tenemos.



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