martes, 18 de enero de 2011

Relectura

Pocas veces me he reasignado la tarea de leer el mismo libro al transucurrir el tiempo, en las primeras semanas de enero me senté a pensar, sin ser demasiado pretenciosa, qué no había hecho el año pasado y me gustaría hacer.  La lista la dejé sin terminar, el plan es no tener plan, así que la descarté, dejando únicamente un par de niñerías, ganas y sacar esa pereza mental para emprender la lectura de otras cosas, posiblemente más ligeras y que estímulen mi fantasía.

Sin dudarlo hice una búsqueda rápida de esos textos que había adquirido por los rincones de la casa, los apilé pegados a la pared, justo donde los pueda ver al pasar.  La dinámica resulto ser bastante productiva e inconcientemente encontré un texto que hace unos años me regalaran, ya varias veces leído, marcado y gozado.  Hoy lo llevo en mi bolso, me detengo a esas pequeñas marcas que en su momento me movieron y trato de conectarme de nuevo en esos años, donde creí que era bonito y ahora carecen de profundidad, haciendo claro, las que ahora me provocan algo dentro.

El texto no ha cambiado, la trama sigue siendo la misma, pero en mis últimos encuentros leo distinto, con una conexión y encaje que antes me hacía dudar, mi paseo dentro de la historia es más firme y las sensaciones de esa complicidad con el libro me han nuevamente capturado.  Hoy veo distintas las relaciones entre mujeres, donde el amor escala a otros niveles y confirmo, que sí es posible amar tanto a una amiga, para darle entonces más razón a Violeta y Josefa.

2 comentarios:

GavilaSavilaMavila dijo...

Tengo unas ganas de conocer esa historia luego de leerte acá :p

Batfink dijo...

Interesante. El libro no ha cambiado. Cambiaste tú. Pero más interesante es cuando te preguntás "y a qué horas...?"

Y gracias por tip, buscaremos el libro.