Se lo empacaron en un papel con dibujos animados y con muchos colores. Dejándolo recomendando porque en esa oportunidad no había llegado. Me vino a buscar, me dio un abrazo hasta donde le dieron los brazos y me dijo que tenía que enseñarle a armarlo.
Me reí, le dije que juntas lo haríamos porque eso de las manualidades no es lo mio. Me preguntó, porque precisamente éso. Sencillo, le dije, porque quiero que vuele bien alto y vea el mundo de un sólo golpe.
Quien iba a decir, hoy lo hace, sin necesidad de mi regalo.
Santiago, trece veces y en siete dimensiones.
Imagen: google.com
3 comentarios:
Existen situaciones que no podemos controlar, tal vez ni entender... y menos expresar. El ya no tiene nuestras limitaciones, y allí arriba sabe mejor que tod@s nosotr@s porque...
hasta ahora te entendí, si, duele.
No puedo evitar pensar en Santiago y no llorar...yo sé que él hoy vuela dentro de ese globo lleno de nubes, arcoiris y un cielo infinito...quizá donde nunca lleguemos, pero aún así, es me resulta incomprensible!
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