jueves, 13 de agosto de 2009

Hamburguesa, smothies y convergencia

Mientra me encuentro sentada en un plástico y frío sillón de Mac, me atraganto con un medallón hecho hamburguesa y pego grandes sorbos del smothy de frambuesa, encuentro esta columna en elperiódico de ayer...Convergencia en tiempos de polarización. Se las compartó, eso si. lean con cuidado y traten de hacer ese sano ejercicio de buscar conexiones en su cotidiano inmediato.

Texto: Mario Roberto Morales

Con la intentona oligárquico-neoliberal de golpe de Estado en Guatemala y el derrocamiento
Justificar a ambos ladosmilitar-oligárquico de Zelaya en Honduras, volvimos a polarizarnos ideológicamente en Centroamérica. Hacía años que izquierdas y derechas amplias venían tratando de coincidir en asuntos prácticos. Yo propuse una táctica que me ha valido el ataque de cierta izquierda ortodoxa: el ideario liberal (no el neoliberal) –es decir, igualdad de oportunidades, libertad de empresa y Estado fuerte– como eje de convergencia para diseñar un interés nacional interclasista que desemboque en un plan económico de desarrollo a largo plazo, mediante un pacto político de elites.

Pero el falso temor anticomunista a Chávez que las oligarquías y sus “vanguardias” neoliberales usan para asustar a las masas ignorantes, los llevó a perpetrar hechos de corte fascista, como la criminal conspiración para desorientar a la opinión pública y prepararla para un golpe de Estado “técnico” en Guatemala, y la anacrónica asonada militar-oligárquica en Honduras.


Las oligarquías de la región necesitan entender que la modernización del capitalismo es una necesidad histórica incumplida y que, por serlo, nos mantiene en el atraso; que para que el capitalismo se modernice, es necesario que haya más empresarios, más propietarios agrícolas, y un vigoroso mercado interno de trabajo y de consumo; y que eso no se puede lograr bajo un régimen oligárquico y monopolista que se apoya en ejércitos o grupos paralelos para mantener privilegios (como evadir impuestos controlando el Estado) cuyo impacto está a la vista en la penosa condición de la salud y la educación públicas, y en el generalizado desempleo que obliga a las multitudes populares excluidas de la economía oligárquica, a emigrar a Estados Unidos para sostener este atrasado sistema desde allá. Resulta por ello cínico y vergonzoso que los oligarcas viajen a Washington a exigir que se deje trabajar allí a quienes ellos niegan el empleo en sus países, sólo para seguir captando sus remesas mediante los bancos y las empresas de las familias monopolistas.


Guatemala sólo puede consolidarse como un país moderno y recuperar su natural liderazgo regional, impulsando un pacto interclasista para el desarrollo económico según un plan que nos incorpore a todos al empleo, el salario y el consumo, mediante la expansión de la pequeña propiedad agrícola, la pequeña y mediana empresa, y un Estado fuerte que garantice la igualdad de oportunidades para todos. Bajo estas reglas claras es posible un pacto político interclasista que posibilite la convergencia práctica de sectores sociales con ideologías contrarias. No se trata de pensar igual, sino de coincidir en un plan pragmático que nos saque de este callejón sin salida, en vista de que el continuismo oligárquico es no sólo una imposibilidad anacrónica, sino un obstáculo que sólo puede tener como desenlace la rebelión popular, como está ocurriendo en Honduras, en donde el pueblo ha dado un salto cualitativo de conciencia y de organización de clase gracias al golpe, el cual ha politizado mucho más a las masas que 30 años de adoctrinamiento partidista.


La democracia es un juego cuya cancha es una economía en la que los muy ricos y los muy pobres sean minorías ante una clase media mayoritaria. Para eso, se necesita democratizar el capitalismo en la medida de lo posible. La democracia es un concepto vacío sin esta base económica, la cual sólo se puede construir entre todos, siempre que haya en ella algo para todos.

1 comentario:

M dijo...

el ideario liberal con el rol fuerte del estado es una buena idea, ojalá que se cumpliera