Me devoran y a ratos devoro, suavecito sin prisa y con tanta dedicación que no existe nada más que la sensación, así son mis días, como dirían por allí, los sentimientos pasean, las ganas se agrupan y de vez en cuando el desgano me toma, provocándome una energía de salir muy lejos y abandonar miles de lazos, ésos que sostengo con tanto afán. Pero éso de escapar no ha sido lo mio, las ataduras están trenzadas en las agujetas de mis luchadores kickers azules, sosteniéndome de la única pulsera que marca mi mano izquierda y que me hace recordar el mestizaje que corre por mis venas y me hace ser lo que hoy soy.
Las situaciones siguen, el mundo continúa girando y las personas se movilizan al ritmo de un par de claves mal barnizadas, pero éso ya no se encuentra a primer plano de mi vista, las cosas se han movido y lo sentimental o mejor dicho romántico se ha diluido en ese café con un toque de leche y anís que ahora es mi nueva combinación de adicción. Porque mi plan se ha restructurado, la motivación de la recompensa de mi buena voluntad me ha dado nuevos horizontes, el empoderamiento que tanto deseo se me da ahora a cuentagotas y me causa cierta complicidad y felicidad que me hace cosquillas el estómago, porque sé que con ciertos elementos y con buenas herramientas puedo continuar con mi faena, puedo sumar a las faenas de los y las demás para lograr así descontruir esos tejidos que nos envuelven hasta el alma.
El clima cambio, la incertidumbre continúa pero éso no me asusta, me hace pensar mejor, la imposibilidad me envuelve y me seduce como una buena canción, porque así son mis días, mientras amanezco con el amor entibiándome los sueños y la realidad sigue dándome toques de motivación.
2 comentarios:
Este texto me sacó muchas sonrisas...adelante clinuda, con el poder necesario para generar cambios de beneficio social y colectivo, pero que no sea tanto que ciegue tu camino!!!
Ah sí, y saluuuu por el anís.... excelente!!!!!
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