lunes, 29 de septiembre de 2008

Fragmentos Sueltos: El Gato

De: Juan García Ponce

Alma se agita en el sueño, cambia de posición sin abrir los ojos y finalmente vuelve a quedarse inmóvil con el pelo castaño tapándole la cara y el cuerpo descubierto.


Andrés ha dejado de leer al empezar a revolverse ella y ahora la mira. Su mirada es tierna y curiosa, como si en la figura de Alma encontrara algo perfectamente conocido que ama y admira y que, al mismo tiempo, no deja de sorprenderle. Abandona el periódico en el piso, se sienta en la orilla de la cama con mucho cuidado, le acaricia apenas un hombro a Alma y vuelve a quedarse inmóvil, mirándola.

Las dos figuras quietas entre los objetos del cuarto parecen se de nuevo parte de un cuadro, siempre fijo y abierto a la revelación.

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