El tráfico a pesar de los días de asueto no tiene respiro, colas infinitas de latas oxidadas vamos entre charcos, agujeros y pensamientos avanzando a diferentes direcciones. Los semáforos cambian, la policía de tránsito hace ese ir y venir de brazos indicando agilizar el flujo vehicular pero pocas veces creemos que solucione. La música baja-sube-baja de volúmenes, se tararean en diferido canciones para ir encaminándonos a ese "punto b" que nos hizo salir de la comodidad de algún sitio o simplemente llevarnos a ella.
"...here, take my shirt and just go ahead and wipe up the sweat, sweat, sweat", suena la rola de Daft Punk. Pam, pam, pam le contesta alguien ajeno con el ruido de las baquetas de dedos sobre el tablero, vuelvo la vista al sonido y no hay nadie solo la sensación, aquella sensación que me habla mientras finjo miedo, mucho miedo y así ahuyentarlo, sin éxito alguno. En ocasiones conversamos, nos llevamos bien y tratamos de aprendernos desde ese nueva armonía que me recorre las ideas y me lleva a escribir cosas sin sentido en mis puños y frente. Porque de nuevo nadie nos enseño, ni a vos ni a mi, se saborea en pequeños lapsos pero luego se cree que toda una vida ha pasado desde la última vez que se estuvo merodeando esos lados de la vida. Con una sonrisa estúpida con cierta pena nos guardamos en el closet, privándonos de mostrarle al mundo que a pesar de bombas, hambres y soledades sé es, tan simple como helado sobre una galleta de nueces, tan anhelado como un viaje alrededor del sol y tan deseado como que al final, la suerte te pille y te diga quedito al oído que también te desea.
Así paso, deseando que llegue el tiempo y entre luces neón te bese hasta que el sueño nos lleve. Se avanza y de un jalón el miedo deja de separar y con un pequeño brinco entra en mi, para volver a darle play a la misma canción y pensar, ¡joder qué feliz soy!.
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