El por qué de mi ausencia

Ayer mientras hojeaba los diarios, establecia de nuevo mi rutina laboral y me circulaban ciertos fragmentos de noticias nacionales vistas un día antes, pensaba...del porque no asistí a esa marcha que años pasados me aceleraba la sangre, me sentía parte de esa masa roja que grita y colorea los monumentos, donde el ¨revolucionario¨ realmente era para mi una total actitud y mi proyecto de vida. Donde realmente me dejaba llevar y me ¨armaba de esperanza¨. Porque nada me detenía ya que me encontraba tomada de las manos con mis compas, envueltos en la euforía mientras las rolas de manu chao nos alimentaban.

Pero luego de darle vueltas y vueltas, no de pasar la fecha, sino de porque no estoy allí, dentro de esa masa roja que grita y colorea monumentos, me llega como azote imágenes de los medios, donde la intolerancia los ha poseído, donde pasan los años y abuchar nunca ha sido lo que se necesita, donde empujon y aruño no es lo que sana, donde como diría Wendy, me causa también verguenza ajena y en su mayoría frustración. Frustración...pfff...algo que nunca creía podría pronunciar sobre esa etapa increíble y constructiva que viví, frustración, de que pasan los años y seguimos con las mismas actitudes, las mismas mantas, los mismos iconos, el mismo clavel, el mismo discurso, ese discurso poco coherente y poco viable para las vidas de esa masa.

Sé que únicamente hablo de esa parte y la parte gubernamental la dejo a un lado y no la señalo, realmente lo hago con intensión, con la intensión de estímular a ese recuerdo, de caras, vivencias, música, rojo y pañoleta que no sean apaga fuegos, volátiles y poco coherentes. No reaccionemos, es mejor accionar con pensamiento.

*Imagen: Archivo