Supongamos que es un farsante. Supongamos que sí es un profesional de la violencia. Supongamos que es un tipo mesiánico que usa su genio para engañar, manipular y satisfacer una ambición ególatra y desquiciada. Supongamos.
¿Qué más se podría decir en su contra? ¡ah, claro! Supongamos que detrás del pasamontañas hay un rostro insulso y feo.
¿Qué más se podría decir en su contra? ¡ah, claro! Supongamos que detrás del pasamontañas hay un rostro insulso y feo.
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