Sólo cuando habían caminado dos cuadras, Claudia tomó conciencia de que la transparente imagen de Jorge había faltado a la cita. Entonces supo que, de ahora en adelante, aunque ella siguiese viniendo a la branda. Jorge no iba a volver. Estaba segura. No iba a regresar más. Era como si él se hubiera propuesta una misión y la hubiese cumplido. No, no iba a volver. Ella lo conocía mejor que nadie.
Con y sin nostalgia
Mario Benedetti
No hay comentarios:
Publicar un comentario