Las luces titilantes siguen el ritmo distorcionado del LP antiguo que hace ese efecto “interesante” a la canción. Callada, con los audífonos puestos bajo el efecto de una noche de desvelo, cerveza y unos cigarros con extra de mentol, continuo con mi vida rutinaria. Escribo por reflejo, sueño porque lo deseo y me clavo suavemente con precisión.
La superficie está al punto de congelarse, los muslos se deslizan suavemente, cruje la vieja madera, se dispersan los papeles al suelo, la laptop reproduce grafittis del descansador y yo….pfff, me dejo ir con los audífonos puestos para no contaminarme con tanto crujido, gemido y otras suplicas que no vienen al caso. Ja, que casos por dios!, a rin, tin, tin, sigue la rola… mientras deslizo mis dedos con toques de desesperación, donde mi subconciente me pide tiempo y tranquilidad para ese disfrute que se debe dar, pero esta vez, simplemente no lo haré.
Hoy no, ni ayer y mucho menos empezaré mañana, sencillo en ésto sólo mi perversa y sucia cuchilla, tiene cabida.
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