
La superficie está al punto de congelarse, los muslos se deslizan suavemente, cruje la vieja madera, se dispersan los papeles al suelo, la laptop reproduce grafittis del descansador y yo….pfff, me dejo ir con los audífonos puestos para no contaminarme con tanto crujido, gemido y otras suplicas que no vienen al caso. Ja, que casos por dios!, a rin, tin, tin, sigue la rola… mientras deslizo mis dedos con toques de desesperación, donde mi subconciente me pide tiempo y tranquilidad para ese disfrute que se debe dar, pero esta vez, simplemente no lo haré.
Hoy no, ni ayer y mucho menos empezaré mañana, sencillo en ésto sólo mi perversa y sucia cuchilla, tiene cabida.
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