Como espejismo, creció frente a mi. Las arenas hicieron su mejor trabajo, se unieron entre colores e intensidades. El agua se puso quieta, los grises se fueron al fondo para dejar a la transparencia lucirse. Los peces voltearon, entre indiferentes y con ganas de volver hacia la orilla.
El sol jugo a tornarse atardecer para que las energías salieran relajadas. Me llene de pintura las manos y maquille un par de nubes, ésas que te gustan adivinar. Los azules se abrieron y dieron paso a las estrellas robadas del otro lado del planeta.
La soledad la ocupó mis sueños. Y el olvido hizo su tarea también, esperando algo, sin saber qué.
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