- Me cree demasiado inestable, ¿verdad, Rafael?
- No. Creo que todos, los que estamos aquí y los que están en tantas otras partes, vivimos un desajuste. Unos más, otros menos, hacemos el esfuerzo por organizarnos, por empezar de nuevo, por poner un poco de orden en nuestros sentimientos, en nuestras relaciones, en nuestras nostalgias. Pero no bien nos descuidamos, reaparece el caos. Y cada recaída en el caos (perdoná la redundancia) es más caótica.
Graciela cerró los ojos por un rato. El suegro la miró, intrigado. Quizás tuvo miedo de que soltara el llanto, Pero ella volvió a abrirlos y sólo estaban levemente húmedos, o quizá un poco brillantes. Miró atentamente el vaso vacío que tenía aún en su mano y lo estiró hacia don Rafael.
- ¿Me da otro traguito?
Texto: Mario Benedetti
- No. Creo que todos, los que estamos aquí y los que están en tantas otras partes, vivimos un desajuste. Unos más, otros menos, hacemos el esfuerzo por organizarnos, por empezar de nuevo, por poner un poco de orden en nuestros sentimientos, en nuestras relaciones, en nuestras nostalgias. Pero no bien nos descuidamos, reaparece el caos. Y cada recaída en el caos (perdoná la redundancia) es más caótica.
Graciela cerró los ojos por un rato. El suegro la miró, intrigado. Quizás tuvo miedo de que soltara el llanto, Pero ella volvió a abrirlos y sólo estaban levemente húmedos, o quizá un poco brillantes. Miró atentamente el vaso vacío que tenía aún en su mano y lo estiró hacia don Rafael.
- ¿Me da otro traguito?
Texto: Mario Benedetti
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